“Por las obras de los artistas, conocemos la civilización de un pueblo”.
Zoila Ugarte. Tomado de: Zoila Ugarte de Landívar. Patriota y Republicana “Heroína ejemplar del feminismo”.
En una sociedad en la que las mujeres debían conformarse con papeles secundarios, irrumpe la figura de Zoila Ugarte, como periodista, escritora, profesora y defensora de los derechos y libertades especialmente de las mujeres. Su pensamiento y su obra se nutrieron del liberalismo radical, corriente desde la cual apoyó, en un primer momento, al movimiento que generó la Revolución Liberal en el Ecuador, en 1985; y con el cual rompió por discrepancias con el mismísimo “viejo luchador”, Eloy Alfaro, líder visible del mencionado movimiento histórico. Alfaro la criticó por su radicalidad, especialmente con respecto a la ampliación de derechos que las mujeres alcanzaron en ese período. Desde la perspectiva de Zoila, faltaba mucho por hacer en temas de acceso educativo, libertad de prensa, y educación anticlerical para sus congéneres.
Nació y creció en El Guabo- El Oro (1868), en una familia numerosa y acomodada, gracias a la producción de cacao. A sus 12 años ya era una pequeña propietaria, sin embargo, sus intereses se dirigieron hacia otros asuntos. Sobre su educación no hay certezas, sin embargo, su temprano desarrollo intelectual evidencia que recibió una buena educación. Algunos historiadores suponen que se educó en Lima-Perú, otros sostienen que junto a sus hermanas viajó a Riobamba-Ecuador, en donde se educó con la religiosa Mercedes Molina, de origen guayaquileño, quien fundó la congregación de las Hermanas de Mariana de Jesús en la mencionada ciudad. Otra de las versiones es que Ugarte recibió una educación de primera en su casa. Su padre le había enseñado a leer desde muy pequeña, a partir de ello, fue ella quien continuó auto-educándose.
Entre 1894 y 1905, Guayaquil se convirtió en una ciudad de novedades y progreso gracias al “boom del cacao”. En este momento, Zoila se ligó al primer grupo de mujeres que hicieron periodismo, y logró publicar sus escritos bajo el pseudónimo de Zarelia. Así mismo, entabló amistad con escritores y artistas guayaquileños, como Lastencia Larriva, Numa Pompillo, Mercedes González de Moscoso, Carolina Febres Cordero, Rita Lecumberry, Dolores Sucre, entre otros. En plena Revolución Liberal, Zoila hace del periodismo su profesión. Fundó la revista La Mujer con la intención de dar espacio a las mujeres literatas; sin embargo, la iniciativa solo alcanzó a dar a luz seis números. A pesar de que las redactoras de esta publicación generaron varias estrategias de autofinanciamiento, y hasta solicitaron ayuda económica a los legisladores del país identificados con el liberalismo, La Mujer no se mantuvo en circulación.
Desde su bastión, en el que se transformó dicha revista, Zoila mostró gran lucidez política en favor de la ampliación de derechos de las mujeres. A través de un estilo literario capaz de seducir al público lector, y usando hábiles estrategias literarias para interpelar duramente a una sociedad profundamente conservadora, Zoila se impuso como la primera periodista ecuatoriana. “La ignorancia no es garantía de felicidad, y aunque lo digan, no nos convenceremos jamás de que la mujer instruida sea incapaz de virtudes domésticas, imposible nos parece, que quien tiene aptitudes para comprender lo abstracto, no pueda ejercer cualquier oficio de aquellos, que no requieren más talento que un poco de voluntad. Las mujeres como los hombres poseemos un alma consciente, un cerebro pensador (…)”, escribiría Zoila en un editorial de esta revista, en abril de 1905.
La desaparición de la revista La Mujer no significó un obstáculo para el trabajo de Zoila. Se mantuvo activa, participando en varios periódicos, el más importante fue La Prensa, que se convirtió en la tribuna desde donde continuó difundiendo su pensamiento. Fue una mujer muy activa y siempre interesada en temas culturales sociales y políticos. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Quito donde aprendió dibujo, escultura, litografía, historia del arte y grabado, se destacó en todas estas actividades. En esta época, escribió ensayos y artículos sobre estética y arte, que fueron publicados en revistas culturales como la revista Espejo y la Revista de Bellas Artes, ambas de la capital ecuatoriana.
Pasados los tiempos de Alfaro, Zoila no dejó de ocuparse de los asuntos políticos de la época: la implementación de sistemas de salud pública ampliados y gratuitos, el reconocimiento de las poblaciones indígenas como sujetos de derecho, la educación laica en todos los niveles, y por supuesto la lucha por el reconocimiento de las mujeres como ciudadanas de pleno derecho. Ya en Quito, fue directora de la Biblioteca Nacional, ubicada en esta ciudad. Formó parte del Comité Auxiliar de Señoras del Congreso Científico Panamericano, (posteriormente Comité Femenino de Cooperación Internacional). Fiel defensora de la educación pública, fue profesora de Lengua y Literatura de los colegios laicos de mujeres Manuela Cañizares y Fernández Madrid, en este último y con su participación directa, nació la revista “Alas”. Queda claro que incluso en sus últimos años de vida, Zoila estuvo ligada a las letras y a los círculos culturales e intelectuales del Ecuador. Sin claudicar en su lucha por la emancipación de las mujeres, murió en 1969, a los 101 años de edad.
Fuente: Rodas, Raquel (2011). Zoila Ugarte de Landívar. Patriota y Republicana “Heroína ejemplar del feminismo”. IAEN. Quito-Ecuador.
María Fernanda Auz