Nela Martínez

“El socialismo es el único futuro de la humanidad”.

El año de mil novecientos doce recibe a una de las mujeres que hará historia en el Ecuador. Nace en “casa grande” la de la hacienda en Colloctor, en la provincia del Cañar, un veinte y cuatro de noviembre.

Su infancia la vivió en el campo y desde entonces, seguramente, empezó a tomar conciencia de las condiciones de diferencia, del dolor de los indios, de su lamento cada vez que recibían castigo.

Haber estudiado en escuela y colegio de monjas no fue precisamente el motivo para despertar su atención, sin duda fue su vivencia y  las lecturas de todos los libros, “que en esa época permitía el índice de la santa iglesia”*. Leía todo lo que encontraba en la biblioteca de su abuelo. Hasta que un día en una librería en Cuenca se encontró con la revista literaria Amauta, fundada por José Carlos Mariátegui, el pensador peruano, que a través de su lucidez, despertó la conciencia de los países latinoamericanos y abogó por construir sociedades solidarias.

Por eso no es raro que su primer poema sea Indio en galope de volcanes, y que la literatura, se haya convertido en su escudo para defender lo que creía.

Hacia el año treinta y nueve empieza a colaborar como cronista en el Telégrafo, bajo el seudónimo de Meliasur, entabla amistad con Enrique Gil Gilbert, conoce a Joaquín Gallegos Lara quien le dedica su novela Los que se van.

Por esos tiempos, su padre sufre una quiebra económica debido a una garantía dada a un cura de Cañar, suceso que cambia la vida de toda la familia. Nela asume su obligación de ganarse la vida por sí misma, entonces empieza de maestra en una escuela nocturna de Ambato, pero en su mente seguía pendiente su misión vital: luchar por los débiles. Se integra al  pequeño núcleo comunista de esa ciudad, la única mujer por supuesto.

Apoya y participa en una huelga y sufre su primera represión por parte de la policía. En ese mismo año contrae matrimonio con Gallegos Lara (mil novecientos treinta y cuatro), se traslada a Guayaquil, se afilia al partido comunista, y continúa con su militancia, que no la abandonará hasta su muerte.

Durante su vida perteneció a numerosas organizaciones defensoras de las mujeres, de los obreros, de la democracia, etc. En marzo del cuarenta y tres edita el periódico Antinazi, que alcanza a treinta y seis ediciones.

Talvez uno de los sucesos más destacados de su vida fue cuando perteneció a la Acción Democrática Ecuatoriana, ADE, en la presidencia de Arroyo del Río, contra quien luchó, lo derrotaron y llegaron, comandados por Nela Martínez, a tomarse el Palacio  y ejercer por tres días el Ministerio de Gobierno.

Desafortunadamente la decepción que experimentó fue más intensa que el triunfo al descubrir todo lo que se “jugaba” dentro del palacio. El ganador fue, nuevamente, Velasco Ibarra. “Salí con la conciencia plena de que la revolución gloriosa se había frustrado y tomaba otros rumbos…Entonces fui caminando hasta mi casa, me acosté en una cama y me quedé dormida veinticuatro horas.”

Nela Martínez murió después de batallar incansablemente, convencida de que “El socialismo es el único futuro de la humanidad”.

*Rodolfo Pérez Pimentel, www.diccionariobiograficoecuador.com

Genoveva Mora Toral

Fotografía: Archivo Martínez – Meriguet.
2003