Marina Mora

Pamela Velástegui

“El arte le da sentido a la vida y nos abre a lo sensible. La sensibilidad nos permite conectar entre nosotros, afectarnos por el otro y empatizar: nos comunica”.

Pedagoga y artista incansable, luego de más de seis décadas en la danza, Marina Mora sigue aprendiendo y enseñando, transformándose e interpretando. Sorprende la sencillez y el humor con los que narra una vida llena de metas cumplidas y reconocimientos por su arduo trabajo, y aunque se describe entre risas como “en el ocaso de su vida” otro nuevo montaje sigue siendo la tónica de sus planes futuros.

Desde su primer contacto con la escolaridad, a Marina la embelesaban, más que todo en el entorno, las clases de ballet que observaba desde la puerta de la calle, escabulléndose de sus padres, ya que su casa era contigua a la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. Fue así como el momento en que ingresó como estudiante de ballet, a sus ocho años de edad, ya era conocida por todas las bailarinas y futuras compañeras. De allí en adelante todo fue sumar y aprender con avidez, música, piano, teatro, danza clásica, folclórica, flamenco, tango, jazz y, finalmente, luego de retirarse del magisterio, ya grande, danza contemporánea. A Marina nunca le ha conformado un espacio conocido, una zona de confort. A los 14 años ya formaba parte del Cuerpo de Baile de la Casa de la Cultura como primera bailarina y con este, viajó dentro y fuera del país a destinos como Perú, Colombia, Estados Unidos, España e Italia (país este último en el que recibió el premio Gonfalone D´oro, el cual otorga el gobierno a los ar-tistas talentosos) entre los destinos más memorables, en representación del Ecuador. Año tras año, la intérprete compaginó su práctica en el escenario -y viajes- con estudios secundarios y universitarios de Lengua y literatura, y luego de Artes. Es así como consigue iniciar su etapa como formadora.

Recuerda con picardía que entre todo lo realizado, forjó una familia y crió a sus 4 hijos, “yo llegaba a los ensayos con hatos y garabatos, con mi bebé y su biberón, y siem-pre se lo dejaba al director para que me lo cuide. Me llevaba conmigo a mis hijos a donde iba y yo era libre”. Es por esto que Marina sostiene que “educar en danza es formar un espacio de convivencia, es hacer ciudadanos éticos, razonadores, críticos, emprendedores e indagadores por medio de la disciplina y el ejercicio del cuerpo/mente en armonía”.

Como educadora, Marina disponía desde el principio de las competencias para enseñar danza, teatro, y música; y en estas ramas ejerció la cátedra por más de 3 décadas en varios colegios de Guayaquil. Mientras tanto, paralelamente fundó y dirigió el Ballet Folklórico Independiente Andi-Costa bajo el paraguas de la Casa de la Cultura. Este colectivo consta-ba de 12 bailarines y 10 músicos, cuyos montajes viajaron dentro y fuera del país. Además, ingresó como miembro de la Sección de Artes de la Representación de la Casa de la Cultura; sección para la cual se requería haber acumulado un importante recorrido y reconocimientos. En coherencia con esto, la artista ha recibido dos condecoraciones del gobierno nacional en dos etapas distintas de su vida: por su labor fomentando y difundiendo el arte y la cultura.

Marina transcurre en la danza y desde la danza, y en esta, encuentra la energía para rein-ventarse, y tomar siempre decisiones que reflejen coherencia y sencillez. Reflexionar hacia dónde vamos, cómo mejoramos y potenciamos lo que se ha construido es una práctica que ella ha encontrado en la disciplina de la práctica escénica, “pilar fundamental para la forma-ción del individuo como ser humano”, -explica. “El arte le da sentido a la vida y nos abre a lo sensible. La sensibilidad nos permite conectar entre nosotros, afectarnos por el otro y empati-zar, nos comunica. Es así como entregamos más valor a la sociedad, crecemos y contribuimos a la existencia mutua”.

Marina Mora
Bailarina y maestra de danza contemporánea

Obra: “Obra en proceso”
Creación y dirección: Omar Aguirre
Lugar: Studio Corpo yoga & danza
Fotógrafo: Amaury Martínez
Fecha: 2 de diciembre de 2022