La sombra protectora

Metec Alegre

Alina narciso y Lisandra Hechavarría 

“La sombra protectora” apela a la poesía como un recurso existencial de salvación y belleza. En la obra, una mujer en medio de una situación extrema de soledad y riesgo de muerte – el azote de un huracán que irremediablemente cambiará el paisaje de su ciudad y habitantes – a punto de perderlo todo, se refugia en un viaje imaginario e intenta salvarse. Y se salva. La poesía es su bálsamo, su “sombra protectora” y al mismo tiempo su grito por ella y los demás, por Cuba, el Caribe y América Latina.  

Inspirada en la poesía de la cubana Teresa Melo, la obra aprovecha la polisemia de la palabra poética, para hilar cada palabra hasta tejer la red, hasta encontrar la médula, hasta crear un mundo imaginario: la «Casa mundo» donde la protagonista vive, llora, se desespera, recuerda, se refugia en sus libros y en la poesía para luego, después de que el huracán ha pasado, volver a la vida, recomenzar, ponerse a reconstruir.

Aquel hilo inasible de la poesía… aquel verso “soy de un país que se llama mundo” … ha representado la epifanía, la conexión, el reto. Respetuosos de un texto intensamente lírico, profundamente humano como el de Teresa Melo, se trataba de atrapar las palabras en pleno vuelo, de subirlas a las tablas, de hacerlas carne y savia del gesto, de fundirlas en la historia de una ciudad: el recuerdo del ciclón Sandy que – el 18 de octubre de 2012 – azotó la ciudad de Santiago de Cuba.