“Búsqueda y vuelo”
En gran medida estas palabras con las que Irina resume el oficio de actriz, definen toda una vida dedicada a la actuación.
Irina nace en Moscú, diríamos que marcada por el arte, por el trabajo de su padre un director de cine y su madre directora de coros, de manera que, desde su infancia, el escenario, el teatro y los estudios de cine, constituyeron su natural manera de habitar; tanto que a los doce años ya actúo con profesionales, “Sentí que la luz del teatro sustituía para mí el sol”
Como no podía ser otra manera, todos sus estudios se orientaron a la actuación. Para ella que viene Moscú “la patria del teatro”, sus objetivos primordiales se han enfocado en el arte. Dueña de varios títulos académicos, pero sobre todo, de dones que le han permitido brillar en la escena y participar en una importantísima cantidad de obras dramáticas, cine y televisión, y ser reconocida como una figura del escenario ecuatoriano.
En la primera etapa de su actividad escénica realiza papeles de la dramaturgia clásica, mientras es parte del Teatro Estudio Juvenil de Moscú así, como actriz invitada a distintas obras teatrales.
Es alrededor de los años noventa cuando la vemos aparecer en el escenario ecuatoriano en Sueños de un seductor,El año que viene en el mismo lugar. Junto a Pedro Saad realizan una adaptación de Alicia en el país de la maravillas, para adultos. En mil novecientos noventa y seis pone en escena su primer texto dramático A calzón quitado; y desde entonces la lista de participaciones es muy amplia.
Varios son los campos en los que ha incursionado, la dirección de cortometrajes, la escritura de obras dramáticas, directora teatral, así como la contribución actoral en la escena y la pantalla.
Aunque Irina se formó en el país del teatro, reconoce como sus directores preferidos, con los que más a gusto se ha sentido al trabajar, a Pedro Saad y Patricio Estrella. Ama a todas sus obras, no quier señalar una preferida porque son “como mis niños y no quiero que ninguna se resienta”.
Genoveva Mora Toral
Fotografía: Pedro Saad.
Obra “Solo cenizas hallarás”.
1997