“Saber mantener esa flor de la interpretación, significa una forma de entender el mundo. Ese es el verdadero punto de partida”.
Nace en Colombia y llega a nuestro país en mil novecientos setenta y tres, y desde entonces lo adopta, hoy es una ecuatoriana más. Muy singular sin embargo, ella junto a Fernando Moncayo son la Rana Sabia, referente indiscutible de los titiriteros. Ha construido a lo largo de estos años un mundo fantástico desde donde han surgido nuevas propuestas.
Claudia es una creadora incansable, su pluma es el origen de incontables ficciones, fábulas ancladas en nuestra historia; no importa si son caballeros andantes o niños campesinos, ellos han nacido para vivir y hablar desde esta realidad. Éste, es precisamente, uno de los méritos indiscutibles de una obra entretejida con la fantasía universal y enmarcada en la singularidad andina.
La Rana Sabia, que en realidad es el nombre de su primer títere, da nombre a dos personajes admirados por chicos y grandes: Claudia y Fernando, ellos son sinónimo de color y fantasía. Claudia ha recorrido el mundo con sus historias. Treinta y cinco años en escena y siempre con algo que contar.
El secreto: “… experimentar, que es el hecho de pisar no siempre sabiendo dónde se lo hace. Correr riesgo. Ese punto del riesgo es bien importante en las formas y los contenidos. Cuando se está en la creación se acumulan experiencias vitales que van dando ideas nuevas. Se sueña con formas, con palabras, con colores y eso hay que saberlo expresar de alguna forma”.*
Su casa, teatro, museo, conviven en un lugar encantador en el valle de los Chillos, en La Merced, en el barrio de Sanjaloma, donde Claudia es un personaje más, siempre pensando y transcribiendo al papel la última idea que a la mañana siguiente, seguramente, será la penúltima. Y es que la ficción es más que eso, ha sido la herramienta para trabajar diversos proyectos sociales con UNICEF, el programa del Muchacho Trabajador, varios proyectos encargados por el Banco Central y muchos otros.
A lo largo de su vida ha cumplido funciones en instancias gubernamentales y en varias universidades en Ecuador, Colombia y México. Ha desarrollado algunos trabajos teóricos como la Metodología para la humanización, Mi derecho a vivir.
Sus títeres han recorrido el mundo dando testimonio de que Azul azulado… puede pintar otros cielos; de que Ese oficio sí me gustaen cualquier país y en cualquier idioma. Confirmando queCuéntame un cuento, es conjuro mágico para los niños de todos los lugares. De que la Claudia habla un lenguaje universal cuando adapta Truck sale de paseo, La cigarra y la hormiga, El león y el ratón, o cualquier de la larga lista de títulos que conforman su creación. Historias que no han terminado y confirmación de la imaginación de una escritora, que tiene todavía repleto el tintero.
*35 años de Rana Sabia: la flor de la interpretación. Santiago Rivadeneira, Revista El Apuntador #35
María Eugenia Paz y Miño
Fotografía: Archivo – Carlos Rodríguez.
Obra “Titiriteatro”.
2000