“Susana traía consigo la mística de un teatro comprometido, revolucionario en su momento”.
Susana pasaba por Ecuador en el año setenta y seis, iba junto a su familia, camino a Venezuela, pero por esos azares de la vida, el viaje terminó en Quito. Se quedó por veintiséis años después de los cuales regresó a su Córdoba natal. Y no sabemos, si otra vez fue el azar, o la ecuatorianidad lo que la sedujo, lo cierto es que nuevamente la tenemos por acá.
Ella es parte de un grupo de actores que llegaron a nuestro país cuando la dictadura se volvió una amenaza para todos aquellos que pensaban distinto. Susana traía consigo la mística de un teatro comprometido, revolucionario en su momento. Fue alumna de María Escudero y parte de Libre Teatro Libre, es decir parte de un grupo crítico frente a esa realidad social, por tanto, tuvo también que exiliarse.
Llega a Quito y se vincula con Arístides Vargas y Charo Francés en una primera etapa de adaptación a esta ciudad, y luego de unos pocos años empiezan Malayerba. Entre las obras de aquellos tiempos destaca Añicos, un trabajo que reafirmo su capacidad actoral.
Más adelante fundará Rojoscuro, un grupo integrado por mujeres, con Tamara Navas y María Beatriz Vergara . De esa época se registran: Meduele la cabeza y Casa matriz.
La venadita es una obra que decanta por una línea teatral que indaga en la cultura andina, a través del retrato de una mujer “Es una obra en homenaje a este país, es el canto de amor a este pueblo que me acogió como a una de sus hijas. No soy la misma persona que hace muchos años. Me gusta como soy ahora, eso se lo agradezco a Ecuador.*
De sus tiempos de teatro recuerda con especial nostalgia los procesos de la obras, esos tiempos en que además de construir teatralmente, tenía la oportunidad de reflexionar sobre sí misma. Entonces el trabajo teatral era un medio para mirase hacia adentro, revertir toda esa búsqueda en sus personaje y luego comunicar al espectador. Precisamente en La venadita pudimos apreciar aquello que Susana sentía. Un personaje que abre su corazón y su casa, rompe la convencionalidad, consigue inmiscuirnos en su vida y nos vuelve partícipes de su interioridad.
Susana forma parte de las mujeres ecuatorianas que han aportado al teatro. Fue maestra, directora y diseñadora. Trabajó también para la televisión y el cine.
María Eugenia Paz y Miño
*Entrevista realizada por Diario Hoy en septiembre de 2005
Fotografía: Eduardo Quintana.
Obra “Añicos”