“Con la palabra puedo ver al fuego llorar… y colgarme de la pestaña de la luna… prestarle al mar un alma o ser mástil de un delfín… ella invade mi imaginario y trasunta todo lo racional e irracional…”.
Tenía veinte años Rosa Amelia cuando fundó la revista femenina Hogar, con más de cincuenta años de circulación mensual, que le ha dado tantas satisfacciones y le ha permitido abrir caminos por doquier. Las tareas de directora de esta revista se compaginaron con su desempeño en el campo periodístico, que la llevó a dirigir y producir programas culturales para la televisión, así como vincularse a áreas de teatro y bellas artes.
Sus vivencias se repletan de poesía. Ese es su norte. Cada acto suyo está ligado a un mundo creativo, que la nutre y al cual se aferra para desde allí dar sentido a las diferentes tareas en las que ha trabajado. Desde muy joven leyó a los grandes poetas del mundo, siendo Octavio Paz uno de sus predilectos. En la actualidad es presidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, miembro del Grupo América, Miembro Correspondiente de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y tiene el título de Magíster Honoris Causa conferido por la Universidad Casa Grande de Guayaquil.
Publicaciones como Canciones sin tiempo, El silencio de las palabras, Hilaré mi nostalgia, Arena blanca, Más allá de la rosay Una tibia tarde, son un aporte a la literatura ecuatoriana. Muchos de sus poemas han sido traducidos al francés y constan en varias antologías del país y del continente, así como en revistas latinoamericanas y en diversas páginas de Internet. El maestro Omar Domínguez Castro ha musicalizado una amplia selección de su obra, que es interpretada por la cantante Mariel Córdoba. Se ha hablado con respecto a sus creaciones y a su estilo, de una poesía “rosameliana”. Su interesante libro, Entre abanicos y recuerdos, es una investigación sobre la procedencia del abanico a través de la historia; estilos, formas, materiales, usos y costumbres, inspirado en la colección familiar de cientos de abanicos antiguos.
Rosa Amelia ha sido condecorada con la Orden Nacional Al Mérito otorgada por el gobierno ecuatoriano en 2006. A esta se suman otras condecoraciones por parte de la Cámara de Comercio de Guayaquil, la Agrupación Cultura y Fraternidad, la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guayaquil. El Ministerio de Trabajo le confirió la Condecoración Nacional al Mérito Laboral, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, la condecoración Benjamín Carrión y la Fundación Ecuador la distinguió como “Mejor emprendedora” en el año 2015.
Los escritos de Rosa Amelia dan cuenta de una mujer sencilla, que no se deslumbra ante los oropeles. En varias ocasiones ha manifestado que le abruman los reconocimientos. “Me dejé habitar por la vida / pero no creo haber hecho / nada heroico” dice, y añade: “no he cambiado el curso de la historia / ni el curso de río alguno / no he escalado una montaña / no he nadado aguas arriba / ni he llorado lágrimas de sangre / no he puesto la pica en Flandes / no he hallado el Santo Grial / ni he navegado los siete mares / simplemente he vivido / y eso es bastante”.
María Eugenia Paz y Miño
Fotografía: César Mera – Revista HOGAR
Año: 2016