El Odín Teatret es un referente del teatro mundial contemporáneo. Julia Varley, que desde 1976 se estableció en Dinamarca, formando parte del Odín, ha creado su propio espacio y ha dado su propia contribución a las artes escénicas. Actriz, nacida en Londres en 1954, de reconocido talento, directora y escritora, encarna la excelencia. Desde su ingreso en la compañía, actuó en Anábasis, J.S. Bach, El millón, Cenizas de Brecht, El Evangelio según Oxyrhincus, Talabot, El castillo de Holstebro, Kaosmos, Las mariposas de Doña Música, Mythos, Oda al progreso, Vientos que susurran, Las grandes ciudades bajo la luna, El sueño de Andersen, Don Giovanni all’Inferno, Ur-Hamlet, Matando el tiempo, La Vida Crónica y Ave María.
Varley dice que “cada espectáculo tiene algo que te cambia y te da una dirección nueva”. Cuenta que la obra que más cambió su trabajo fue Talabot, estrenada el 88. “Trabajé la voz de una manera diferente. Yo hacía el personaje de Kirsten Hastrup, una antropóloga danesa contemporánea. Creo para ella también fue una experiencia especial: luego escribió un artículo sobre la experiencia de verse representada. Fue –según dijo Kirsten– ‘como hacer un trabajo de campo sobre mí misma’”.
Desde 1990 forma parte de la concepción y organización de la ISTA (Escuela internacional de antropología teatral) dirigida por Eugenio Barba. Probablemente su más perdurable contribución al teatro se encuentra en sus escritos. El siglo XX vio la consolidación de la teoría teatral, nacida, desde luego, de la práctica. Los referentes, como se suele estudiar, han sido hombres, generalmente brillantes directores. Stanislawsky, Brecht, Copeau, Lecocq, Grotowsky, Meyerhold, Brook, Boal, García, Barba, entre otros, hicieron sus contribuciones teóricas y reflexiones que han ido conformando un corpus notable, si bien es cierto, sus cánones son básicamente masculinos.
La contribución de Varley resulta fundamental y, se puede decir, fundacional. Va formando un pensamiento nacido desde su trabajo y sus indagaciones como actriz. De su libro Piedras de agua se van desprendiendo meditaciones profundas desde cánones conscientemente femeninos y a partir de sus experiencias personales vividas durante los procesos de montaje de los diversos espectáculos del Odín Teatret. Sus reflexiones, a la vez, se han integrado a sus espectáculos. En Las mariposas de Doña Música, por ejemplo, dice, actuando: “Un personaje es una tendencia, tal como una partícula danza en un átomo. Es algo que vive entre la idea de un evento y el evento en sí mismo. Es una extraña clase de ser físico que está exactamente en la mitad de una posibilidad y una realidad”. Y añade, hablando como Julia Varley: “el personaje vive en los sentidos del espectador”. Además de este libro, ha escrito varios artículos y ensayos publicado en revistas especializadas como: Teatro e Storia, Lapis, Performance Research, New Theatre Quarterly, Conjunto, Teatro XXI, The Mime Journal. Es editora responsable de la publicación anual The Open Page (La página abierta) y autora de la novela -de un solo personaje- Viento al Oeste.
Desde 1986 es componente sustancial de la concepción y organización del Proyecto Magdalena (Red internacional de mujeres en el teatro contemporáneo). Es también directora artística del Festival “Transit”, en Holstebro, dedicado a temas que son de interés para mujeres que trabajan en teatro. Si bien conoce las limitaciones de los “ismos”, considera que el feminismo es una responsabilidad grande, ya que es una manera de pensar, de vivir, de crear que aporta al mundo. “Los jóvenes ahora piensan que el feminismo ya no es necesario. Pienso que si hay aún miles de mujeres que sufren violencia por ser mujeres, el feminismo sigue siendo necesario”.
Con el Odín, Julia trabaja también como pedagoga en escuelas y universidades y ha sintetizado sus experiencias en las demostraciones de trabajo: El eco del silencio, El hermano muerto, Texto-Acción-Relaciones y La alfombra voladora. Ha dirigido destacados espectáculos renovadores en Alemania, Argentina, Italia y Chile, entre otros países.
El extenso y prolífico camino que ha recorrido Julia Varley ha sido un proceso de crecimiento personal. Dice Raquel Carrió en el prólogo de Piedras de agua en La Habana, Cuba: “Y ese largo camino no es solo el de la emoción y los sentidos, el de la intuición y la magia. Es, sobretodo, el arduo camino de la técnica, la disciplina de un aprendizaje que para la joven actriz llena de inquietudes políticas, pasiones e impulsos vitales que llega al Odín Teatret en 1976 debió ser (…) una experiencia en extremo compleja”. Una experiencia integradora por ella vivida, narrada, representada, pensada, que enriquece las posibilidades de hacer teatro en la escena mundial contemporánea y de hacerlo desde una conciencia de género.
Natasha Salguero Bravo
Agosto 2014