Josie Cáceres

“Constancia, perseverancia y un amor a mi trabajo”

Es la receta que, a lo largo de su vida ha aplicado esta mujer de la danza, a quien se la puede definir como una bailarina contemporánea cuya danza está imbricada de otras artes, un oficio donde la línea que la define está, principalmente, en una posición  de creadora, consciente de que los tiempos reclaman una mirada amplia.

Nacida, dancísticamente hablando, en Yara Danza , en las clases de Kléver Viera y el espacio que por esos años había abierto Isabel Bustos;  recorrido más bien breve porque enseguida pasar a formar parte de Frente de Danza Independiente. Josie Cáceres se inicia en el lugar  donde los bailarines contemporáneos plantearon otra danza. Si bien ese fue su espacio por largos años, son varios también los transitados por un camino muy personal en el que ha venido construyendo su danza, por rutas nada ortodoxas. 

Su paso por el teatro le abrió horizontes, la palabra pasó a formar parte de su danza, hizo del cuerpo una herramienta amplia, comprendió que danza es más que bailar bien, mucho más que el virtuosismo, “cuando entendí de qué se trataba el movimiento, dejé de tener la pretensión de aprender ya hacer movimientos ‘bien’, me planteé la posibilidad de vivirlos desde mi cuerpo”. Su estatuto de bailarina independiente le confiere la certeza de que “la equivocación y el acierto” son parte del riesgo asumido en la creación solitaria, y que solo a ella le pertenecen.

La literatura de Saramago, Paul Auster, es para Josie una posibilidad, el punto de inicio, a veces el detonante que se transforma en lenguaje corporal. La vigencia que para ella tiene la obra de Dalí o Annette Messager, le cuestionan, le retan a buscar más allá de la forma. Figuras de la danza como María Ribot, por su manejo del cuerpo  y su forma de componer; de Jerome Bell, Cristina Moura y Peeping Tom, son referentes importantes a la hora de construir su obra.

Genoveva MoraToral

Fotografía: Gonzalo Guaña.
Obra “En la cuerda floja”.
1996