Ilonka Vargas

“El teatro es mi vida. Maravillosa por las experiencias, por la intensidad vivida y productiva”.

“Crecí entre artistas de diferentes disciplinas. En Guatemala, desde niña me inicié en el teatro…estudiaba en la escuela de ballet con una profesora rusa, cuyo nombre no recuerdo, solamente recuerdo que yo la veía enorme”.

Llega a Ecuador en el cincuenta y cuatro,  ingresa en la Escuela de Ballet de la CCE, y luego al Conservatorio de Música donde estudia también declamación. Su primera aparición teatral es con el actor hondureño Francisco Salvador en el T. Sucre con El niño y el gato de García Lorca. Hizo radio teatro junto a Erika Von Lippke, Efraín González y Alvaro San Felix. Por esa misma época se vincula al Teatro Experimental Universitario, dirigido por Sixto Salguero, profesor de su colegio. Forma parte del coro de la CC, dirigido por su padre Oscar Vargas Romero.

Ilonka era una joven atenta a lo que ocurría en el teatro, seguía con interés la actividad de Paco Tobar, de Don Evaristo y del TEUC. Por eso, al finalizar su bachillerato, sabe ya lo que quiere hacer y consigue una beca para la Unión Soviética en el Instituto Superior Gubernamental de Arte Teatral, GUITIS, de Moscú.  Recibe una formación completa. Y, es en Moscú donde hace sus primeras apariciones en escena. “La actividad artística era intensa y extraordinaria por su calidad, actores y actrices maravillosos y espectáculos inolvidables… Teníamos que comprar las entradas con mucha anticipación”. Recuerda con mucho respeto a sus maestros: Iuri Alexandrovich Zavadsky, a Irina Sergueivna Vulf, una de las más importantes actrices del Teatro Maiakovsky  y pedagoga. AValentín Pluchek, Pavel Xomsky , considerados como los más significativos directores de la Unión Soviética.

En su carrera han ocupado un lugar preponderan los modelos de Peter Brook, Bertolt Brecht y Grotowsky, a quien tuvo el privilegio de tenerlo como conferencista en un taller. Atahualpa del Chiopo y Santiago García son nombres igualmente importantes en su mundo teatral.

A su regreso a Ecuador se instala en Guayaquil, donde “…en rigor la actividad teatral era muy escasa y esporádica, no existía el teatro profesional,  los grupos existentes eran vocacionales y estudiantiles. Esta situación me llevó, como imperiosa necesidad, a crear y dirigir la Escuela de Teatro de  la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas y posteriormente a crear y dirigir los grupos profesionales T.O.E. (Teatro Obrero Estudiantil) junto con Pedro Saad Herrería y el Teatro Experimental de Guayaquil”.

Ilonka es un personaje que ha vivido para el teatro, tiene en su registro incontables experiencias. Sin embargo marcan como extraordinarias, el estreno de su primer espectáculo en Moscú y en Guayaquil “en circunstancias diametralmente diferentes.” En Guayaquil era la época con el Taller de Teatro Popular, cuando recorrían el país compartiendo su experiencia con los pobladores de pueblos pequeños y comunidades campesinas.

Podría decirse que Ilonka ha sido una activista del teatro. Su carrera ha estado ligada a una posición política y al compromiso social. Su actividad profesional ha caminado a la par que su preocupación por el gremio teatral. Ha participado decididamente a favor de la formación de la Corporación Ecuatoriana de Teatro, la Asociación de trabajadores del Teatro, La Coordinadora Latinoamericana del Teatro, el Comité de intelectuales y artistas por la soberanía de los pueblos de América Latina. Fundadora, y profesora por varias décadas, en la Escuela de Teatro de la U. Central, promotora de programas educativos en las comunidades indígenas.   

Organizó el I Festival Nacional de Teatro así como el I Encuentro Sudamericano de Promotores de Teatro Popular. Estuvo como organizadora  de la Muestra de Teatro y Danza dentro del I Foro Social de las Américas.

Integrante y pionera del Teatro Popular y más adelante de Mascaró, grupo del que hoy es directora artística.  Ilonka ha trabajado intensamente también en la escena, ha participado como actriz en cine y televisión  y ha dirigido un importante número de obras.

María Eugenia Paz y Miño

Fotografía: Archivo personal. 
Obra “La enorme pereza de Ernesto González.
1997