Estela Álvarez

“He trabajado con el mismo fervor en tiempos de teatro amateur, como en el teatro profesional”

Ingresa al mundo del teatro a los dieciocho años, a la Escuela de Teatro de la Casa de la Cultura en Guayaquil, adquiere entonces las primeras herramientas del oficio, que le darán la posibilidad de acceder prontamente al escenario. Su primera experiencia es con Nuestra Natacha, de Casona, y desde entonces no ha parado en su tarea actoral.

La primera agrupación a la que pertenece es el grupo Horizonte,   dirigido por Zalacaín (Luis Martínez Moreno), en él participaron personajes como Humberto Moré, Hugo Salazar Tamariz, Fernando Cazón Vera, entre otros.

En esa época en  Radio Universal tenían una pequeña sala de teatro donde, semanalmente, ponían obras de grandes autores. Recuerda Estela, con especial afecto, una temporada de Antes del desayunode O´Neill. “Eran tiempos de teatro amateur, todos trabajábamos porque nos gustaba, pero no ganábamos nada. Por eso no había un nivel profesional” . Después de esta temporada regresa a la Universidad y forma parte del grupo universitario Agora,  de esos días queda La llama en el desván.

Corría el año sesenta y dos y llega a Guayaquil el Teatro Popular de Madrid,  y los azares de la vida, hacen que una de  las actrices tenga que regresar a España; esa es la plaza que ocupa Estela y debuta como la Mujer de  Leonardo en Bodas de Sangre, ese papel la llevará lejos y cambiará su vida profesional y personal, porque además se enamora de Jaime Redondo, quien será su compañero de vida y de escena. “De Guayaquil fuimos a Lima y diría que ahí fue mi prueba de fuego, aprendí en una semana lo que tomaría un año por lo menos. Me tocó hacer más de siete personajes”.

Empieza de esta manera un recorrido por Latinoamérica con obras del repertorio mundial, que reafirman su facultad de actriz versátil, capaz de asumir personajes diversos, pasar del drama a la comedia,  trabajar en  la radio y la televisión. Esta amplia travesía dramatúrgica y geográfica termina en Buenos Aires, ciudad en la que permanecerá por espacio de ocho años. De intenso trabajo, tanto en el teatro con  adaptaciones de obras del repertorio mundial y una fuerte participación en la comedia; como en televisión. “Hacíamos mucha comedia, fue un entrenamiento fuerte, programas de humor como La Nena, El conventillo de las palomas, telenovelas, muchos programas para radio.” Tiempos repletos de opciones, que dio lugar a que el elenco del Teatro Popular se disgregara y cada quien encontrara su espacio en la gran Buenos Aires.

Había llegado la década del setenta y los vientos soplaban para España. Jaime y Estela deciden que es el momento para radicarse en Madrid. Se abren nuevos escenarios, ya no con un grupo en exclusiva sino trabajando en  propuestas diversas. Paralelamente mantiene algunos programas en la radio y doblaje de películas.

En mil novecientos ochenta y dos, debido al trágico suceso de la muerte de su compañero  “con quien tanto quería”. Dese entonces, su vida ocurre entre dos mundos: Ecuador y España.

Recientemente formó parte del elenco de Ocho mujeres, de Nosotras que nos queremos tanto. Actualmente prepara con ese mismo grupo Maduritas, macrobióticas y multiorgásmicas, de Cristian Cortez.

Genoveva Mora Toral

Fotografía: Archivo personal.
Obra:“Nosotras que nos queremos tanto”.
2008