Cristina Castrillo

Cristina Castrillo nació en Marcos Juárez, Argentina, en 1951. Es actriz, directora y maestra de amplios recursos. Verla en escena es una experiencia profunda. Su vida artística se inició en los setenta, en el Libre Teatro Libre (LTL) de Córdoba, Argentina, grupo importante dentro del ámbito y la historia del teatro latinoamericano. El LTL en esos años era una especie de “polo sur” de la creación colectiva y del pensamiento político más cuestionador, una creación colectiva diferente. Cristina cuenta que el LTL no tenía director, “era un conjunto de anarquistas que auto dirigían sus espectáculos. No teníamos una gran solvencia teórica, lo que hicimos fue romper con todas las maneras tradicionales de hacer teatro, incluso con el espacio mismo de la escena. Ese mecanismo, ese ejercicio tan difícil de explicar cómo de en medio del caos iba surgiendo un espectáculo que alcanzaba equilibrio. No todos los espectáculos salían bien. Ese elemento anárquico, todo ese juego interactivo resultaba muy rico. Esto me dio pie para nunca trabajar con un director. Me dio los instrumentos que empecé a elaborar. Me dí cuenta cuando empecé mi trabajo solitario a nivel metodológico, al ver trabajar a los demás y a mí misma cuando empecé a dirigir”.  

En los años sombríos de Argentina, Cristina se exilia en Europa. En 1980 funda en Lugano, Suiza el Teatro delle Radici (Teatro de las raíces). Su larga y rica trayectoria -como actriz, maestra, escritora y directora- le ha permitido apuntalar los fundamentos de su concepción y práctica del teatro. Cristina señala: “el próximo año, el Teatro delle Radici cumplirá treinta y cinco años. Es toda una historia cultural con el país en el que vivo, Suiza, y con Lugano en especial. Creo que el mayor logro ha sido entregarle a varias generaciones una manera diferente de hacer teatro. Creo que nuestros trabajo han marcado una particular manera de plantear los espectáculos”.

Ha creado una treintena de obras y ha hecho representaciones y talleres en 37 países en Europa, América Latina, Asia, África, el Medio Oriente y Australia. Desde 1980 ha creado y dirigido: Trazado a lápiz, Trompos, Trampa para tristes, Los habitantes del ocaso, Trapitos, Sobre el corazón de la tierra, Tangram, Uno, Baguala, El instante del azul, Canto de piedra, El libro de los reflejos, Piel de lobo, Las sombras del silencio, Umbral, Extranjeros, Mirada de ceniza, Mirando al sur, El vientre de la ballena, Polvo de rocío, D hacia D, Shakespeariana, El vals de los bancos, Track, Donde la mirada fluye, La voz secreta de los pájaros, Vestigios y Amores, entre otras obras.

Cristina comenta: “Después de tantos años, todas son obras de creación. Esto nos ha permitido desarrollar el nivel del lenguaje y un nivel en la escritura de lo que es un espectáculo. Es decir, haciendo siempre una creación, no poniendo en escena obras de otros autores. Nos ha obligado a desarrollar qué tipo de actores necesitamos para estos trabajos, actores que trabajen este ‘cómo’ y qué tipo de teatro queremos hacer.  Han sido treinta y cinco años muy llenos de ese tipo de profundización de nuestro trabajo. El Teatro delle Radici cumple una función: me acerca a las raíces latinoamericanas. Porque es una responsabilidad, una manera de disciplina interna, una ética. Sobre todo, una ética. Siempre he deseado hacer buenos espectáculos, pero lo que más me ha importado es tener a mi lado buenas personas. Primero están los sentimientos. Cuando ingresé al LTL a los 17 años, lo que hicimos allí me marcó. Los argumentos, la temática de lo que hago ahora es muy diferente, pero esa cosa interna, esa responsabilidad, esa ética son valores que continúan”. 

Cristina ha realizado presentaciones, talleres y demostraciones del método de trabajo en Alemania, Austria, Australia, Argentina, Bélgica, Bolivia, Bosnia- Herzegovina, Brasil, Burkina Faso, Colombia, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, EE.UU, Francia, Georgia, Gran Bretaña, Grecia, India, Irán, Italia, Méjico, Moldavia, Nicaragua, Nueva Zelandia, Panamá, Pakistán, Perú, República Dominicana, Rusia, Singapur, Suiza, Uruguay y Venezuela. El elemento fundamental de todo el trabajo teatral de Cristina Castrillo indaga en la memoria; siendo los recuerdos material básico, los trasciende, encaminándose a esa red particular de datos, muchas veces imperceptibles, a través de los cuales una emoción aparece o una reacción orienta el movimiento. “La memoria no como reproducción sino sobre todo como una desconocida geografía personal con la cual y en la cual nos manifestamos, actuamos, representamos y transmitimos”.

Ella fundó y dirige el Laboratorio Internacional de Formación e Investigación Teatral desde 1990. Dos veces por año llegan actores y actrices de diferentes proveniencias y culturas: de Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Croacia, Dinamarca, Ecuador, España, EE.UU, Francia, Italia, Inglaterra, México, Panamá, Perú, Suiza y Uruguay. Este proyecto nació como una lógica consecuencia del desarrollo metodológico que caracteriza la investigación teatral de Cristina y del Teatro delle Radici. Se ha concentrado en los elementos básicos de la formación actoral, a partir de la cual ha facilitado la creación de espectáculos, valorizando el rol del actor como eje del hecho creativo. Definido inicialmente como lugar de formación e intercambio de actores de diferentes proveniencias lingüísticas y culturales, el Laboratorio se ha convertido en una sede de estudio para los múltiples problemas que conciernen el arte del actor: “de las formas de desarrollo de la presencia física, a la búsqueda y función del mundo emotivo; de la importancia o no de un texto escrito, a la individualización de un lenguaje expresivo personal; de las preguntas relativas a la forma y a los contenidos, a las incertezas éticas de un oficio”. 

Cristina ha publicado Actor-Autor, Los senderos del agua, Trilogía de la ausencia y Voces peregrinas, que contienen los textos de las obras creadas hasta el 2010. Colabora regularmente con artículos en diferentes revistas teatrales de América Latina y Europa. Este año ha recibido el Premio por el Teatro 2014, otorgado por el Consejo de la Cultura Suizo. “Cristina Castrillo recibe el premio del teatro Suizo 2014 por su incansable trabajo como actriz, directora y maestra. Originaria de Argentina, ha ejercido una perdurable influencia en la escena de Ticino con su Teatro de las Raíces, que fue fundado en Lugano en 1980. Sus trabajos, comprometidos políticamente, han concitado la atención mundial. Mediante su Escuela Laboratorio Internacional y sus publicaciones, Cristina Castrillo ha realizado una valiosa contribución al desarrollo de un lenguaje teatral orientado por la ética”,* pronunciamiento de Mathias Balzer, miembro del Jurado. 

* Tomado de la página Web del Teatro delle Radici, traducido por Natasha Salguero.

Natasha Salguero Bravo
Septiembre, 2014