“La obra misma proporciona los lenguajes a utilizarse en la escena.”
Su vida ha transcurrido en el teatro. Forjada para la escena, dueña de varias lenguas y de estudios en distintas áreas ligadas al teatro. Su formación ha pasado por la danza, el mimo, técnicas para la voz; un importante número de talleres y formación académica; todo en función de un arte en el que ella cree y que ha sido la línea conductora de su vida.
Dedicada a la enseñanza, ha compartido su conocimiento en distintas instancias sociales como el proyecto de Educación Bilingüe Intercultural Runacunapak Yachana Huasi. A través del teatro ha capacitado a maestros indígenas, abriéndoles un camino probable de sensibilización distinta.
En su recorrido teatral estuvo ligada también a la creación colectiva, su paso por Cali en los años ochenta, hicieron que crea, hasta hoy, que en el proceso de una obra es vital contar con el aporte del grupo, dando menor importancia a la dirección actoral. Ha hecho de la investigación su herramienta primordial. En sus creaciones, lo objetos toman prioridad. Su grupo Saltimbanquis ha sido el espacio para desarrollar un teatro antropológico, desde allí ha producido teatro para niños, teatro de títeres y teatro para adultos. Sus textos son poesía que se revierte en la escena.
Adriana Oña es una de las actrices que se ha adentrado en la cultura andina, todo eso le ha permitido la construcción de una estética reflejada en su teatro. Sus textos, dan cuenta de las voces de ese mundo. Por ello y por méritos actorales, recibió el Mérito Teatral en el año dos mil uno, y en el dos mil seis , el reconocimiento por su Aporte al teatro Infantil. Una de sus obras más importantes es Intipagpaya, Danzante de Quito.
María Eugenia Paz y Miño
Fotografía: Eduardo Quintana.
Obra”Intipak Palla (La elegía del Sol)”. 1989